Opinión | CON LAS OREJAS TIESAS

Europa: tan lejos, tan cerca

Mañana volvemos a vernos las caras con nuestras ¿amigas? las urnas. Después de un año de paz y sosiego electoral, al menos en la provincia de Castellón, iremos a votar para decidir quiénes darán la cara por nosotros en la Unión Europea.

Bueno, hemos tenido paz electoral, aunque la tensión política ha derivado hasta extremos inaceptables estos últimos 12 meses, esta vez sí que a nivel nacional, porque a nivel provincial parece que la sangre no vaya a llegar al río más allá de las lógicas tensiones institucionales.

De todas formas, parece que las elecciones europeas no van a tener el tirón de otros comicios como los nacionales, autonómicos o municipales. Y a mí me parece una solemne cagada dejar escapar la oportunidad de dejar claro lo que pensamos, no tanto lo que queremos, depositando nuestro voto en la urna.

No hay excusa

Y es que, aunque casi todos seamos unos convencidos europeístas, la realidad es que a la mayoría nos parece que la UE está mucho más lejos de lo que realmente nos gustaría. Pero eso no es excusa para hacer dejación de funciones e ir a votar la composición de un Parlamento Europeo que toma decisiones que afectan a nuestro día a día.

Da igual que sea a nuestra industria (que le pregunten al sector cerámico) o a nuestros agricultores y ganaderos, o al gremio de los autónomos, que siguen viéndose machacados a nivel burocrático y fiscal.

Ni que decir de lo que influye a nivel legal y judicial (que le pregunten a Sánchez por la investigación puesta en marcha por el caso Begoña Gómez). Al menos, en esto, la UE sí que llama a las cosas por su nombre.

Periodista