Opinión | Cosas mías

Poblamiento islámico

El territorio valenciano estuvo dividido, en los siglos de gobierno andalusí, entre las coras (demarcaciones geográficas del territorio) de Tudmir y Valencia. Esta última ampliaba su jurisdicción hasta la desembocadura del Ebro.

Respecto de la ocupación del paraje castellonense por los musulmanes, siguiendo a los arabistas Torró y Barceló, reseña el documentado arqueólogo Sergi Selma que los comentarios de los geógrafos Al Razí y Al Udhri, en los siglos X y XI, dejan entrever una organización fuertemente influenciada por los castillos fortificados (husun) y un escaso desarrollo de las ciudades (medinas).

En este sentido, la ocupación del Castell de la Magdalena habría que fecharla en torno al siglo X, es decir, en tiempos del califato de Córdoba, que es cuando la administración jurisdiccional en esta zona, empieza a tomar cuerpo.

No se puede hablar de núcleos urbanos, sino de aldeas amuralladas que tienen a su cargo un área agropecuaria. Las que aparecen en los textos del momento son Almenara, Burriana, Xivert, Jérica, Onda, Morella y pocas más.

Se supone que en Castelló, el viejo recinto romano del Castell Vell acogió un grupo militar islámico que debió tener una cierta autoridad administrativa sobre la zona, además de su misión defensiva y de salvaguarda de las gentes del llano. Esta fortificación estaba integrada en la línea de defensa costera, de la que también era componente el más reconocido fortín benicense de Montornés, único castro de la zona citado en textos escritos.

Antonio Gascó es cronista oficial de Castelló