Opinión | LA RUEDA

Deber de ciudadano

No me extrañan las declaraciones de Mbappé y Thuram pidiendo que no voten a la extrema derecha en las próximas elecciones legislativas francesas. Entiendo, pues, que no les entusiasme llevar la camiseta nacional de un país cuyo gobierno pueda dificultar la aplicación de los derechos humanos o, peor aún, pueda dividir a los franceses por su color, religión o origen. Reconozco que esta confrontación viene de lejos y por las dos partes. Los de Le Pen, y en concreto Jean Marie, padre de Marine, en diferentes ocasiones ha vomitado sin vergüenza ni decencia que Francia no se siente representada por una selección de fútbol llena de negros que ni sienten ni cantan la Marsellesa. Pero, al tiempo, también digo que, desde hace años, Liliam Thuram, exjugador francés del Barça y destacado defensa de la selección nacional francesa (padre del joven Thuram, compañero de Mbappé en esta causa), se ha dedicado en plan activista militante a defender la dignidad de los futbolistas negros (dentro y fuera de la cancha ) y contra todo lo que representan los Le Pen y sus ideas políticas. Por lo tanto, repito, no me extrañan.

No me extrañan porque pese a que la Federación Francesa de Fútbol exige la neutralidad de sus Bleus, entiendo que a Mbappé y otros les cueste olvidar, por más millones que ahora tengan, que son hijos de oriundos de África que cuando no tenían nada vivieron en la banlieu parisina; y no puedan separar su condición de deportista de sus derechos y deberes de ciudadano.

Analista político