Entrevista | Marta Robles Periodista y escritora

«Siempre me llamó la atención descubrir dónde está el resorte que convierte el trabajo de un artista en una obra de arte»

La periodista y escritora visita el 25 de mayo Benicàssim para presentar su ensayo 'Lo que la primavera hace con los cerezos' (Espasa) en Palasiet

Marta Robles hablará de su último libro en Palasiet, en Benicàssim.

Marta Robles hablará de su último libro en Palasiet, en Benicàssim.

Eric Gras

Eric Gras

La periodista y escritora Marta Robles visitará el 25 de mayo Palasiet, en Benicàssim, para presentar dentro de las Jornadas de Bienestar que organiza el centro, su nuevo ensayo Lo que la primavera hace con los cerezos (Espasa). Con ella hablamos sobre este trabajo y su relación con la provincia de Castellón.

En tu último libro, Lo que la primavera hace con los cerezos’ ahondas en diferentes historias de amor y desamor. No son unas historias cualesquiera o, más bien, sus protagonistas no fueron unos cualquiera. ¿Qué tienen de especial?

 Lo que la primavera hace con los cerezos es un ensayo donde relaciono la influencia del amor, el desamor, la pasión y la pérdida con la creación artística. Y lo hago a través de las historias de amor y desamor de grandes creadores de todas las disciplinas, que demuestran cómo los sentimientos, influyen en la creación. Principalmente, el amor, porque no hay desamor si no hay amor, las pérdidas duelen porque se ha amado y la pasión, aunque pueda producirse sin amor, tiene mucho de espejismo sentimental y, además, influye de manera menos poderosa que el amor que, como decía Voltaire, ataca de una vez a «cabeza, cuerpo y corazón». 

¿Qué te llamó la atención de esas relaciones? ¿Por qué abordar un ensayo sobre esas pasiones y todo cuanto conllevan?

Siempre me llamó la atención descubrir dónde está el resorte que convierte el trabajo de un artista en una obra de arte. Los creadores viven en permanente estado de zozobra porque no saben si su próximo trabajo será solo correcto o desprenderá la emoción suficiente para ser considerado una obra de arte. Esa emoción, que diferencia una cosa de la otra, proviene, en buena medida, de la propia emoción del artista, del propio sentimiento del artista. No solo de su relación de pareja o no, sino del amor en su entorno, en su familia, en sus relaciones de amistad… El artista las intensifica, las vive, digamos, más a fondo, para poder trasladar su propia emoción a su trabajo y, de este modo, conseguir convertirlo en una obra de arte.

Precisamente por eso los amores y las pasiones de los artistas son aún más fascinantes que los de todos los seres humanos. Aunque hay que decir que un buen amor (y es muy difícil amar bien) suele conseguir hacer lo que la primavera hace con los cerezos con el ser amado; es decir, lo hace florecer y saca lo mejor de él. En el caso de los artistas, el recuerdo del amor, aunque no sea bueno, aunque les obligue a espantar sus fantasmas, sirve para que la emoción obre ese milagro de convertir su trabajo en una obra de arte.

 Imagino que llevaste a cabo un profuso trabajo de investigación, ¿no?

Hay quince páginas de bibliografía. Pero, a decir verdad, este libro hubiera sido imposible sin mis lecturas de toda la vida. Siempre sentí la curiosidad por descubrir dónde se escondía el milagro de la creación y lo busqué desde niña en las biografías de los creadores.

'Lo que la primavera hace con los cerezos', de Marta Robles.

'Lo que la primavera hace con los cerezos', de Marta Robles.

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 ¿Es el amor el gran tema de la literatura universal, de las artes?

Sólo hay dos temas en la literatura y en la vida: el amor y la muerte. Y si me apuras yo diría que el único es el amor. Porque la muerte nos provoca mucha incertidumbre, pero sobre todo mucho miedo y dolor porque nos separa de nuestros seres amados. Y como te decía antes, no puede haber desamor si no ha habido un amor previo y las pérdidas solo duelen si amas a quien se va. Así que todo parte de lo mismo. Incluso las ambiciones y los crímenes: todo parte del amor. Lo que ocurre es que el amor no siempre es bueno, aunque lo creamos. Muchas veces es más exigente de la cuenta, egoísta, injusto… Amar bien es muy complicado. Y amar mucho no significa amar bien.

 ¿Y cómo ha vivido y vive Marta Robles el amor?

Con una enorme intensidad. Todos los amores. El amor a mi marido, a mis hijos, al resto de mi familia, a mis amigos, a mis compañeros, a mi trabajo, a la vida… El premio Nobel V. S. Naipaul dice que la diferencia entre lo que es literatura y lo que no lo es, es la carta de un joven a su novia un día cualquiera y esa misma carta, escrita por el mismo joven, el día antes de ser ajusticiado. Yo escribo como si fuera a ser ajusticiada al día siguiente. Y a veces pienso que también vivo así…

Solo hay dos temas en la literatura y en la vida: el amor y la muerte. Y si me apuras yo diría que el único es el amor

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 En una entrevista reciente, Julio Llamazares señalaba que, para él, sus libros no cobran forma y sentido hasta que no tienen un título. El título es, dicho de otro modo, el inicio y final. En este caso, el título tiene también una gran historia tras de sí, ¿no?

Julio, que es un escritor maravilloso y un gran amigo, es un sabio. El título es, como dice otro gran amigo y gran escritor, Carlos Zanón, casi la mitad de un libro. Casi todos mis libros nacen ya con su título. Otros lo adquieren por el camino, pero necesito encontrarles el sentido él. El título de este libro es el último verso del poema 14 de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada que completo es «quiero hacer contigo/lo que la primavera hace con los cerezos». Más allá de que si alguien te dice esto te hechiza, es que para mí es el símbolo del mejor amor. Y eso que quien lo escribió, aunque es uno de los más grandes poetas en lengua castellana, no sólo no supo amar bien, sino que tampoco fue una gran persona. Abandonó a su primera mujer y a su hija con hidrocefalia, de que la que hablaba pestes por tener una discapacidad…Y además, cuando se publicaron sus memorias póstumas se descubrió que había violado a una menor. Por eso hay que separar la obra del artista. Y si el artista delinque que lo pague con la cárcel o incluso que le quiten los derechos, pero que no le dejen a la humanidad sin su obra, porque entonces el castigo es para la humanidad. Pero hay que entender que ser artista no implica ser buen cocinero o buena persona…

 El 25 de mayo visitas Benicàssim para participar en las jornadas del bienestar que organiza Palasiet dando a conocer este libro. ¿Será una presentación al uso? ¿Cómo sueles afrontar este tipo de eventos?

Será una presentación un poco especial porque más allá de la propia presentación del libro relacionaré la literatura y la cultura en general con el bienestar. Hacerlo en el Palasiet es especialmente emocionante para mí, porque además de ser un lugar mágico es donde se desarrolla una escena de una de mis novelas más queridas y premiadas, La chica a la que no supiste amar. Leyendo el título te darás cuenta de que, en realidad, voy a hablar de amor, desde todas sus vertientes. No existe bienestar sin recibir amor, sin ofrecerlo y sin capacidad para amar. ¿Cómo afronto este tipo de eventos? Preparándolos con toda mi intensidad y con mucho amor.

Mi relación con Castellón nace a través de los organizadores de Castelló Negre, que se han convertido en grandes amigos

 Podría decirse que tu relación con Castellón es bastante estrecha y especial. No en vano fuiste merecedora del premio Letras del Mediterráneo por tu novela La chica que no supiste amar y has participado en otros ciclos como el de ‘Novela, historia y playa’, además de visitar Onda… Aunque es difícil, ¿qué destacarías o qué es lo que más te atrae de este territorio?

 Mi relación con Castellón nace a través de los organizadores de Castelló Negre, que se han convertido en grandes amigos, y que me hicieron descubrir la terreta hasta enamorarme de ella y poderla utilizar como escenario de mi novela más querida, que no solo ganó el Letras del Mediterráneo sino también el Alicante Noir. Y gracias a todo eso tuve la oportunidad de conocer a mucha gente sorprendente a la que tengo mucho cariño, entre ellas a la propia alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, que me parece una mujer extraordinaria; también la de Onda, por cierto… Y también me cae muy bien la de Benicàssim. La provincia de Castellón es un universo por descubrir, pero los castellonenses —y ya, ni te cuento, las castellonenses— más si cabe.