La historia de cuando Disneyland Paris estuvo a punto de ser Disneyland Castellón

El clima fue clave en la decisión final

Una imagen del castillo de Disneyland París.

Una imagen del castillo de Disneyland París. / Mediterráneo

"París y Castelló se disputan la sede de Disneylandia". Era la noticia principal de la portada del periódico Mediterraneo del 19 de febrero de 1985, y contaba el viaje de un abogado castellonense a Madrid, convocado por la empresa americana para mantener una reunión. La decisión no se daría a conocer hasta finales de ese año, con los resultados ya conocidos; pero parece ser que la zona ubicada entre Cabanes y Torreblanca fue seriamente considerada por los responsables de Disney para ubicar el nuevo parque.

El proyecto -también conocido como Eurodisney, bautizado así porque iba a ser el primero que se iba a ubicar en Europa tras los de EEUU y el de Tokio- atrajó el interés de muchos países desde que se dio a conocer. Portugal, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Grecia y Yugoslavia se postularon para acogerlo, y a esa terna se sumó posteriormente España.

Pese a ser la última en incorporarse, la candidatura española pasó el corte y, en febrero de 1985, se quedó con Francia como único competidor, tras una reunión en la que los responsables de Disney descartaron el resto de países.

Destinos mediterráneos

También hubo criba dentro del territorio nacional, quedando únicamente destinos mediterráneos como candidatos. En Tarragona se contempló la zona de Altafulla y la de l'Ametlla de Mar. Sin embargo, la falta de terrenos en el primer caso y la proximidad de la central nuclear de Vandellós en el segundo, contaba la crónica de Mediterráneo, jugaban en contra de instalar allí el parque. En la Comunitat hubo tres aspirantes: la marjal de Pego, Santa Pola y Cabanes-Torreblanca.

Foto de archivo del Prat de Cabanes-Torreblanca, uno de los seis grandes humedales de la Comunitat Valenciana que podría desaparecer con el paso de los años por la subida del nivel del mar.

Foto de archivo del Prat de Cabanes-Torreblanca, uno de los seis grandes humedales de la Comunitat Valenciana que podría desaparecer con el paso de los años por la subida del nivel del mar. / Mediterráneo

En este último caso, poco parecía importar que el proyecto se hubiera tenido que levantar sobre una superficie protegida, el Prat, que no en vano fue declarada parque natural en 1994. El impacto económico que hubiera tenido el parque parecía justificarlo todo. El entonces alcalde de Cabanes, Joaquín Pastor, dijo que buscarían la fórmula para compatibilizar Disney con el humedal; y la corporación municipal de Torreblanca votó unánimemente a favor de la llegada del parque.

El optimismo de que se iba a superar a la candidatura catalana era tal que el entonces conseller de Industria, Segundo Bru, declaró que "si Disney elige España se quedará en la Comunitat Valenciana".

Negociaciones

«Para nosotros todo empezó tras un viaje que hicimos Joan Lerma -entonces president-, Ciprià Ciscar -conseller de Cultura- y yo, en 1983 o 1984, a California», recordaba Bru en una entrevista concedida en 2012.

Joan Lerma y Ciprià Ciscar en una reunión del PSOE celebrada en los años 90.

Joan Lerma y Ciprià Ciscar en una reunión del PSOE celebrada en los años 90. / Mediterráneo

Comenzaron después las visitas de técnicos y directivos de Disney a la Comunitat. Al margen de toda la documentación que se les había enviado ya previamente, querían más: «Eran muy concienzudos en la información que nos reclamaban". Por ejemplo, solicitaron datos sobre las temperaturas diarias de los últimos 50 años en aquellas zonas. "¡Aquello nos costó un dineral! Menos mal que el Instituto Meteorológico nos ayudó... Pero como no había ordenadores, toda la información se recopilaba en papel. ¡A la Disney le enviamos 20 o 30 kilos de documentación!», explica el entonces conseller de Industria.

Decisión

Fue, precisamente, la meteorología uno de los factores que provocó que se descartase la opción de Cabanes-Torreblanca, ya que la zona «alcanzaba temperaturas bajo cero en invierno».

El 18 de diciembre de 1985 se dio a conocer la decisión final: el parque se instalaría en París . Se inauguraría siete años después. En opinión de Bru, la decisión de ubicarlo en la ciudad francesa respondía a que el presidente de Disney, entonces Michael Eisner, estaba casado con una parisina. «Un jarro de agua fría», en definitiva, para Castellón, tal y como declaró el entonces presidente de la Diputación, Francisco Solsona