EN PROMOCIONES DE LA SAREB

El foco de okupación en los adosados de Els Quarts se endurece en Orpesa

Los vecinos alertan de que ya son más de 40 las viviendas adosadas habitadas de forma ilegal y que aumenta la inseguridad con robos, peleas, amenazas y delitos como la prostitución y las drogas

Toda esta promoción de viviendas adosadas está dominada por los okupas.

Toda esta promoción de viviendas adosadas está dominada por los okupas. / MEDITERRÁNEO

El foco de okupación que pone en jaque la tranquilidad y la seguridad de la zona de Els Quarts de Orpesa va a más, llegando a convertirse en una especie de barrio sin ley, que preocupa cada vez más a los vecinos. Y es que lejos de zanjarse la problemática, que ya hizo pública Mediterráneo hace un año, se complica y son más de 40 las viviendas adosadas en las que habitan personas de forma ilegal. Más de 25 en las calles Racholar y Port de Querol y más de una quincena en el vial Peñagolosa.

Peleas callejeras, niños muy pequeños, de dos o tres años, cruzando las carreteras sin control, suciedad y vertido ilegal de residuos en los solares, ruido, robos, amenazas, prostitución y drogas. Así describen algunos ciudadanos en lo que se ha convertido su vecindario, que ya asemejan con otros como el Grupo San Lorenzo de Castellón, el Barranquet de Almassora o, incluso, el Bronx.

«La situación es desesperante, ha empeorado muchísimo. Traen muchos problemas. No paras de ver a gente rara merodeando por las calles, trapicheos, con personas entrando y saliendo de las casas, perros considerados de razas peligrosas sueltos y sin bozal, incluso hay un hombre que va caminando desnudo y defeca en la vía pública. Y esto es el pan de cada día, lo que tienen que ver los vecinos, a ojos también de los niños», denuncian.

Una persona durmiendo en la calle en la dominada por los okupas en Orpesa.

Una persona durmiendo en la calle en la dominada por los okupas en Orpesa. / MEDITERRÁNEO

Toda esta zona fue urbanizada proyectándose como un lugar tranquilo donde vivir, con promociones de villas adosadas, en las proximidades de la playa de la Concha y a unos minutos caminando del casco urbano.

Y prácticamente todas las que se terminaron de construir en su totalidad, que están habitables, han sido okupadas en los últimos tres años. Y el resto, las inacabadas, han sido desvalijadas, ya que se fueron robando todos los elementos útiles de las viviendas, barandillas, puertas, ventanas...

Al parecer, la gran mayoría pertenecen a la Sareb (conocido como el banco malo). La inacción de esta Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, ante su extensa cantidad de inmuebles por todo el país, hace que estén en el círculo de la diana de los okupas, que ven en estas casas la oportunidad más fácil de habitarlas ilegalmente.

Muchas de las viviendas que fueron tapiadas, precintadas o vallados han vuelto a ser okupadas.

Muchas de las viviendas que fueron tapiadas, precintadas o vallados han vuelto a ser okupadas. / MEDITERRÁNEO

Algunas fueron tapiadas y precintadas e, incluso, se volvieron a okupar. Van llegando nuevas familias y, aunque todavía viven algunos propietarios legítimos, poco a poco se van adueñando de este barrio de la zona sur, situado en la parte baja de la urbanización El Balcó, cercana al IES Torre del Rei, que llega a ser difícilmente controlable por las fuerzas de seguridad.

La alcaldesa de Orpesa, Araceli de Moya, transmitió su preocupación por este tema, que afecta más especialmente a los vecinos que residen en esta zona del municipio, a los que ofrece su «total apoyo» y asegura que trabaja en intermediar con el objetivo de «lograr erradicar este problema, pese a no ser competencia municipal».

Un okupa muerto

La okupación afecta en mayor medida a la zona de Els Quarts en Orpesa, pero también hay casos puntuales en otras partes del municipio. En ocasiones, se habitan casas que no están en unas condiciones adecuadas y seguras, y conlleva incidentes muy graves. De hecho, un okupa de 53 años falleció el pasado mes de marzo al derrumbarse el techo de la terraza de un patio interior de una vivienda unifamiliar antigua en la calle Pizarro.

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