En Benicàssim

Acepta cinco años de cárcel tras admitir abusos a su propio sobrino, que luego se intentó suicidar

El ya condenado sometió al menor, que tenía tan solo siete años, a prácticas sexuales continuadas durante cuatro años

La víctima presenta secuelas de tal calibre que acabó en un centro y con conductas autolíticas

Imagen del condenado, sentado ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Castellón.

Imagen del condenado, sentado ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Castellón. / BIGNÉ

Un pederasta admitió ayer ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón haber abusado, durante años y de forma continuada, de su sobrino carnal desde que el niño tan solo contaba con siete años. La víctima sufre secuelas psicológicas de tal magnitud que ha llegado a intentar suicidarse y a estar interno en un centro de Reus por el calvario al que su propio tío le sometió.

El condenado llegó ayer a un acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular y aceptó una condena de cinco años y medio de cárcel por un delito continuado de abuso sexual a un menor, otros seis años de libertad vigilada a su salida y una orden de alejamiento que le prohibe acercarse a menos de 500 metros del afectado. Además, ha sido sentenciado también por un delito de exhibición de material pornográfico a una pena de multa de unos mil euros.

Paga y se beneficia de una reducción de la condena

El procesado ha podido beneficiarse de una reducción considerable de pena (cabe recordar que la Fiscalía pedía inicialmente 12 años de cárcel, más del doble de que finalmente se le ha impuesto) gracias a una circunstancia atenuante que se llama «de reparación del daño» y que está contemplada en el artículo 21 del Código Penal. La misma consiste en haber consignado en el juzgado una suma económica antes del juicio para garantizar parcial o totalmente el pago de la responsabilidad civil en caso de condena. En el supuesto que nos ocupa, el ya condenado ha abonado la cantidad de 80.000 euros antes de ser juzgado, lo que, al menos con la ley en la mano, supone haber «reparado» el daño de un menor de edad abusado.

Los hechos

Los hechos por los que ayer fue condenado in voce en la Audiencia sucedieron en un apartamento familia en Benicàssim. El tío del niño comenzó a hacerle caricias y tocamientos por todo el cuerpo durante el año 2016 para después pedirle también que le masturbara y se duchara con él o durmieran juntos para seguir perpetrando los abusos sexuales. Los hechos se prolongaron durante cuatro años, hasta el 2020, mientras el adulto le decía al niño que lo que hacían era «un secreto» y que sus padres no lo querían como él lo hacía.

La angustia y el desespero del pequeño llegaron a tal punto que, como señaló ayer el magistrado presidente, acabó confesándoles a sus padres los hechos. La víctima sufrió una fuerte crisis y tuvo que ser internada en un centro tras haber tenido también una conducta autolítica, como señala el acuerdo alcanzado por las partes.

Al término de la sesión, el abusador pidió perdón a la familia del menor, de la que él también forma parte, y dijo haberse «esforzado» para reunir el dinero.

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