Opinión | A FONDO

Hacer posible lo imposible

Decían que construir el puente de conexión entre los polígonos era imposible. Hoy es una realidad y ha permitido abrir el proceso para encontrar agente urbanizador. También decían que no íbamos a hacer el nuevo colegio Rosario Pérez. Hoy las máquinas trabajan a buen ritmo y el año que viene podremos estrenarlo. Ahora dicen que la transformación de las antiguas piscinas de Sant Josep en un parque acuático es una utopía. Volveremos a demostrar que es posible. Porque el proyecto presentado no es una quimera ni lo que querríamos hacer. Es lo que vamos a hacer, con una hoja de ruta clara y con la convicción de que son las instalaciones que la Vall necesita y que los valleros y valleras merecen. 

Porque hemos sufrido mucho por la situación de la piscina de verano, como gobierno pero especialmente como ciudad. Como mucha gente me pregunta, voy a contar de dónde venimos. Diferentes alcaldes de todos los colores políticos han reconocido que desde su construcción ha dado problemas. Eso ha conllevado que en diferentes épocas se hicieran parches para tratar de arreglar las filtraciones y las fugas. El peor llegó en 2014, con un PP nervioso a falta un año para las elecciones municipales. Hacía entonces dos años que la piscina estaba cerrada, por esos mismos problemas. Sin hacer ninguna obra, el PP privatizó el servicio. Eso significa que entregó la piscina rota. A partir de 2015, ya con el nuevo gobierno en el Ayuntamiento, comenzó un largo camino de espinas, con numerosos procesos judiciales que desembocaron en una piscina cerrada y sin que el Ayuntamiento pudiera acceder.

Con la única voluntad de recuperar las instalaciones para dar una solución a este problema, firmamos un acuerdo para acabar con los procesos judiciales y empezar una nueva etapa para el Paratge de Sant Josep. El año pasado, el equipo de gobierno inició un debate y un periodo de reflexión para decidir qué hacer con la piscina de verano. Es lo que el PP tendría que haber hecho en 2014, pero prefirió el cortoplacismo y el rédito electoral a costa de los intereses de la Vall. De aquellos polvos, estos lodos. Como alcaldesa, sé que es duro ir a unas elecciones con una piscina cerrada. Pero hay que ser valiente y pensar en el largo plazo y en el beneficio de los valleros y valleras. 

Eso es lo que nos ha movido para tomar esta decisión, la de transformar las antiguas piscinas en un parque acuático de más de 5.000 m². Esto fue también lo que nos dijo la ciudadanía en una encuesta sobre el modelo de piscina que querían. Participaron más de 1.200 personas y el 80% contestó que quería una piscina más lúdica y familiar, con toboganes y elementos de juego. Así, el nuevo proyecto no es solo de este equipo de gobierno, sino también el de la gente, que ha podido opinar sobre qué piscina quería. Porque siendo sincera, antes de su cierre en 2019 no iba mucha gente. Es obvio que no podíamos caer en el error de repetir un modelo que no estaba funcionando.

Esto va en serio

Quienes interesadamente ponen en duda el parque acuático, ¿qué dirán cuando sea una realidad? La semana pasada, el PP no votó a favor de ello. Afortunadamente sus votos no son necesarios. En breve daremos buenas noticias porque empezará la licitación del proyecto definitivo y, posteriormente, de las obras. Esto va en serio, igual que fueron en serio el puente industrial y el Rosario Pérez. Dos proyectos clave en los que tampoco creyeron, hasta el punto de no asistir al acto institucional de apertura del puente entre polígonos. Esto deja clara la deriva del PP, sin proyecto y sin altura de miras para apoyar la transformación de una ciudad que mira al futuro.

Es triste tener delante a un partido que no tiene interés en que la Vall d’Uixó siga avanzando. No fueron capaces de hacerla progresar en ocho años y ahora se dedican a hacer una oposición destructiva, sin propuestas, sin alternativas y sin apoyar proyectos estratégicos como el de la ampliación del polígono industrial o ahora el parque acuático de Sant Josep. No quieren el bien para la Vall, ni para los valleros y valleras. Tampoco encontramos en Herminio Serra ni en nadie del PP un apoyo en las reivindicaciones de nuestra ciudad al gobierno valenciano. Sabíamos que tenía poca capacidad de influir en la Diputación o en la Generalitat Valenciana, ¿pero tan poca?

En la anterior legislatura, con el PSOE en el Consell y en la Diputación conseguimos inversiones vitales como el puente industrial, la pista de ciclismo o la restauración de la cúpula de l’Assumpció. ¿Y ahora? Ahora, queda nuestro trabajo en el Ayuntamiento para tirar de la Vall, porque no nos conformamos. Hemos recuperado la ambición y la buena gestión hace posibles proyectos como el parque acuático, que será pagado con los beneficios de les Coves de Sant Josep. Unos beneficios que en 2015 no existían. Por eso seguimos con más fuerza que nunca, haciendo posible lo que algunos creen imposible.