La falta de lluvia seca los pinos y alcornoques y dispara la alerta por fuego en Castellón

Bomberos y agentes ambientales aseguran que hace décadas que no veían los bosques de Castellón con tanto estrés hídrico

Vídeo: La falta de lluvia seca los pinos y dispara la alerta por el peligro de fuego en Castellón

Gabriel Utiel

La sequía que azota Castellón desde el pasado mes de octubre no solo ha dejado los pantanos de la provincia en su nivel más bajo de los últimos 24 años y ha obligado a los regantes de prácticamente toda la provincia a ahorrar agua, sino que también está tiñendo de color marrón los bosques. Árboles como pinos y alcornoques y arbustos como madroños y palmitos  han dejado atrás su característico color verde hasta convertir grandes extensiones de terreno en el escenario idóneo para un gran incendio forestal.

Los datos que maneja la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) hablan de uno de los años hidrológicos más secos desde que existen registros ( desde el pasado 1 de octubre el déficit de lluvias se estima en un 75%) y a simple vista, los efectos de la sequía ya son visibles en el paisaje de las zonas boscosas de Castellón. La Associació Agents Mediambientals asegura, de hecho, que algunas especies están sufriendo los efectos de la persistente falta de lluvia más que otras. Y entre las más castigados se encuentran los pinos resineros «que son los que tienen la hoja más grande». Las laderas boscosas de la Serra d’Espadà, por ejemplo, están salpicadas de tonalidades marrones, las que ofrecen esos pinos secos que, en consecuencia, incrementan de manera exponencial el potencial combustible en el caso de producirse un incendio.

Pero los pinos no son los únicos que acusan la sed. Otros árboles, como los alcornoques, evidencian el estrés hídrico acumulado. Lo peor, inciden los agentes medioambientales, es que no hace falta buscar mucho para encontrar las pruebas de la emergencia en el medio natural.

Otra de las repercusiones de la ausencia de lluvias en los entornos forestales tiene que ver con una actividad económica tradicional, la retirada del corcho, que esta temporada se ha prohibido. Si bien sacar el corcho no es una actividad perjudicial para los árboles en circunstancias normales, en una época de sequía rigurosa como la actual, sí que puede ocasionar daños a unos árboles que necesitan acumular y retener tanta humedad como sea posible.

Alerta por incendios

Los agentes medioambientales inciden en que hacía décadas que no veían escenas como a las que asisten ahora a diario y no esconden su preocupación por los efectos que puede tener cuando se aproxima la que, tradicionalmente, se ha considerado la temporada alta de riesgo de incendios. 

Otro colectivo que avisa de las consecuencias son los bomberos. «Lo vemos en Vistabella, Xodos, o Culla. Dondehabía verde ahora está todo lleno de ronchas secas», explica Dionis Montesinos, bombero forestal de Castellón. «Tenemos un problema grave con la sequía. Y eso afecta a la humedad del combustible o a velocidades de propagación del incendio que no conocíamos hasta ahora», añade mientras avisa de la posibilidad de grandes incendios con unas velocidades pocas veces vistas.

¿Y qué se puede hacer ante este panorama? Los bomberos apuestan por reforzar operaciones y protocolos. «Hace falta repensar el modelo de formación y seguridad para hacer frente a los nuevos escenarios n el contexto de cambio climático y sequía», dicen. 

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