Investigación

La acusada del crimen de los laxantes también empeñó joyas hurtadas a su madrastra

La Policía intervino en su bolso recibos que acreditaban la venta de joyas valoradas en unos 8.000 euros | El rastreo de las alhajas llevó hasta la pareja de su padre, que desconocía el robo

La inculpada albergó a su padre y a la novia de este en el chalé de Salvador tras la muerte de este, pero luego los devolvió al pueblo.

La inculpada albergó a su padre y a la novia de este en el chalé de Salvador tras la muerte de este, pero luego los devolvió al pueblo. / GERMÁN CABALLERO

Mari Carmen B., la mujer de 56 años acusada del homicidio de su pareja, de 70 años, administrándole laxantes y diuréticos a escondidas durante más de siete meses, también está siendo investigada por apropiarse de las joyas de la pareja sentimental de su padre, una mujer gravemente enferma, joyas que después vendió en casas de compraventa de oro en València. Las alhajas estaban valoradas en cerca de 8.000 euros, aunque la acusada se tuvo que conformar con venderlas por bastante menos.

Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, el robo de esas joyas aún no había sido descubierto por su legítima propietaria, que ahora las ha podido recuperar gracias a la investigación del grupo de Homicidios de la Policía Nacional.

De hecho, ese presunto delito que también se le imputa afloró gracias a que, en el momento de ser detenida, la Policía encontró en el registro de su bolso varios recibos que acreditaban la venta de joyas.

El hurto y venta de las joyas se produjo en los meses siguientes a la muerte de la pareja de la ahora investigada

Los investigadores de la Policía Nacional recorrieron entonces todas las casas de compraventa y rastrearon empeños realizados por la sospechosa. Gracias a que varias de las ventas eran recientes, los establecimientos conservaban aún las joyas. 

La primera sospecha fue que podrían pertenecer a la familia de Salvador, pero no era así. Al examinar las alhajas, varias de ellas tenían grabados nombres y fechas que llevaron a los agentes de Homicidios hasta su verdadera dueña: la compañera sentimental del padre de la sospechosa. 

Se trata de una mujer de 58 años, gravemente enferma, ya que padece varias dolencias muy severas. Eso, al parecer, no frenó a María del Carmen, quien se habría hecho con las joyas sin que su dueña se diera cuenta y las habría vendido. De hecho, la pareja del padre solo supo de la sustracción cuando llegó la Policía a su casa a preguntarle por las alhajas. ahora, está pendiente que formalice la denuncia, si su estado de salud se lo permite.

La acusación es grave no solo por el delito que entraña o la falta de humanidad que denota, sino porque acreditaría que la ahora investigada habría continuado aprovechándose económicamente de las personas vulnerables de su entorno.

De hecho, además de estar acusada de matar a su pareja envenenándolo con la administración "continuada, abritraria y diaria" de fármacos, como afirma la Policía, está siendo investigada por haberse apropiado de cerca de 100.000 euros propiedad de Salvador -62.000, sacados de cajeros automáticos y otros 30.000 en compras personales, ambas mientras él estaba hospitalizado-, cifra a la que podrían sumarse otros 70.000 euros que el hombre había sacado de un depósito financiero antes de su primer ingreso en el hospital y del que la Policía no ha encontrado todavía ni rastro.

Se los llevó con ella al chalé

Una vez fallecido Salvador, Mari Carmen B., que desconocía que la Policía la estaba investigando por el homicidio de su pareja, se quedó viviendo en el lujoso chalé de su víctima, pese a que los hijos habían iniciado un proceso de desahucio para poder recuperar la vivienda como legítimos herederos que son.

Según las fuentes consultadas por este diario, fue entonces, una vez fallecido Salvador tras agonizar durante siete largos meses en el Hospital IMED de Burjassot con un cuadro cada vez más grave de diarrea crónica que acabó provocándole un fallo multiorgánico, cuando la presunta homicida se llevó al chalé a su padre, que ronda los 80 años, y a la pareja de este, con la excusa de que iba a cuidar de ellos.

Habría sido durante el periodo en que el padre y su pareja residieron en el chalé de Paterna cuando se habría producido la sustracción de las joyas, que la investigada habría empeñado poco a poco a lo largo de las siguientes semanas.

Después de un tiempo, la ahora acusada decidió devolverlos al municipio valenciano donde residían, que está a más de una hora en coche y a pesar de que ambos precisaban cuidados constantes, que habría sido la razón argumentada por la investigada para llevárselo un tiempo con ella.

Mari Carmen B. deberá responder el próximo 11 de marzo a las preguntas de la jueza y del fiscal no solo por el supuesto hurto de las alhajas, sino también por los delitos de apropiación indebida, estafa y por el más grave de todos: el homicidio de Salvador por envenenamiento lento y constante con fármacos laxantes y diuréticos.