Opinión | BABOR Y ESTRIBOR

Cualquier cosa es posible

Cuando inicio este artículo el empresario Carlos Barrabés reconoce ante el juez que mantuvo varias reuniones con Begoña Gómez en la Moncloa, en dos de las cuales estuvo el presidente Pedro Sánchez. Barrabés ha asegurado que “no hubo nada ilegal”. Hombre, lo que está claro es que el cántaro ha ido mucho a la fuente y en sendas ocasiones con la atención personal del aguador mayor del Reino. Empero, pelillos a la mar, estamos en el ecosistema sanchista, nada que no pueda ser rebatido mediante la letra y música del Manual de resistencia, el libro escrito por Irene Lozano para el nuevo Sun Tzu del siglo XXI. “No hay nada que no sea un ataque personal a la mujer, por ser mujer del presidente del Gobierno”, argumenta la portavoz socialista, Esther Peña, mientras en la sala de máquinas monclovita PSOE y Sumar acaban de pergeñar la ley mordaza con el sugerente título: ‘Plan de Regeneración Democrática’. Texto de desconocido alcance dirigido a frenar ese invento sanchista denominado “máquina del fango”. En definitiva, se esperan medidas encaminadas a poner en vereda a periodistas díscolos, sobre las que dará cuenta Sánchez mañana miércoles.

A mí ya comienzan a llegarme comentarios, propios de otros regímenes, que, a fuer de ser sincero, me preocupan en tanto en cuanto afectan a la libertad de expresión, nuevamente amenazada. Recordar a los amantes de recortar libertades que el Caso Watergate nunca habría existido sin la labor de la prensa libre. Los periódicos norteamericanos, el The Washington Post de la mítica editora Katharine Graham al frente, lograron la caída de Richard Nixon por tramposo y mentiroso. Amordazar a los medios de comunicación sería el principio del fin de la democracia. Cuidado, ciudadanos.

Estado de Derecho

La sociedad española goza de las garantías del Estado de Derecho. Resulta de obligado cumplimiento para el jefe del Ejecutivo comparecer en el Congreso con agenda y registro de visitas de Presidencia en mano, dando cuenta detallada de tanta atención personal al empresario Barrabés, cuya relación con su esposa está bajo sospecha. Ayer el testigo prestó declaración ante el titular del Juzgado 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado, en el curso del proceso de investigación abierto a Begoña Gómez por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción. Gobierno y PSOE, tanto monta, monta tanto, han salido en tromba con el mismo argumentario, restando importancia al proceso por el que Begoña volverá a declarar en calidad de investigada el próximo viernes 19. Tal vez los estrategas al servicio de Pedro estén en un tris de llegar al punto de inflexión, en la desesperada cruzada de resistencia a base de minusvalorar la inteligencia de la ciudadanía española. Aquello de seguir engañando a todos siempre se ha revelado imposible a lo largo de la historia del ser humano. El miércoles con Sánchez y el viernes de la mano de Begoña, veremos hasta dónde llega la magia del sanchismo. El propio Pedro ha sido capaz de asegurar que durante su reciente estancia en Washington ha visto a Biden en plena forma. Con semejante imaginación, cualquier cosa es posible.

Periodista y escritor