El ITC idea un revolucionario pavimento de cerámica que ya se puede pisar en la UJI
Se prepara una jornada para dar a conocer los resultados a empresas del sector
Uno de los objetivos del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) es la creación de nuevos usos para este tipo de productos, que vayan más allá de los tradicionales recubrimientos para suelos y paredes en el interior de hogares y lugares de trabajo. Una de las líneas de investigación en las que trabajan desde hace tiempo es la puesta en marcha de un modelo de pavimento en exteriores, que tiene entre sus prestaciones la capacidad de drenar el agua de lluvia. De esta manera, se evita el encharcamiento de la vía, un aspecto a tener en cuenta por parte de los usuarios.
La idea cristalizó en un proyecto que, con el nombre de Drainker, cuenta con el apoyo de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat, a través del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (Ivace+i) y el Programa de Fondos Europeos Feder Comunitat Valenciana 2021-2027.
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El funcionamiento de este sistema es simple. Se crea una superficie elaborada a través de productos cerámicos, a modo de adoquines, que se obtienen a través del ensamblado de piezas. Esta colocación permite que la lluvia se filtre entre esas piezas, lo que evita la acumulación de agua, e incluso da la oportunidad de almacenar el líquido recogido para varios usos, como el regado de vegetación.
Presentación
El proyecto fue dado a conocer hace casi dos años, en noviembre del 2022. En ese momento, Javier Mira, responsable del Área de Hábitat de ITC-AICE e investigador principal de Drainker explicaba que entre sus posibles aplicaciones está la colocación en obras públicas (como aceras y pavimentos peatonales), o «en urbanizaciones exteriores de parcelas».
Para hacer un seguimiento de las virtudes y aspectos a mejorar del proyecto, se instaló una superficie de prueba, en una acera de las instalaciones del campus de la Universitat Jaume I. Tal y como señalan desde el ITC, se trata de «un demostrador en un entorno relevante», ya que el paso de personas por esta acera permite detectar su comportamiento en un lugar real y extraer conclusiones. Los investigadores se encargan de monitorizar el prototipo para validar su comportamiento tanto técnico como hidráulico.
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La intención principal que se persigue con Drainker es extender el uso de este tipo de pavimento, transfiriendo y difundiendo los resultados entre el conjunto de las empresas fabricantes de baldosas cerámicas, con la intención de propiciar su fabricación y utilización en espacios urbanos.
Está previsto que el 16 de julio se haga una presentación de los primeros resultados obtenidos, destinada, entre otros, a representantes de empresas del sector. Antes, el miércoles 3 de julio, visitarán el prototipo el secretario autonómico de Innovación, Jerónimo Mora Pascual; y el director general de Innovación de la Generalitat, Juan José Cortés Vélez.
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Colaboradores
Desde el ITC, en colaboración con el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (Iiama) y la Cátedra Cerámica de Valencia (CCV) de la Universitat Politècnica de València (UPV), han diseñado el módulo cerámico del que se partía y se han definido unas características a partir de las cuales se llevó a cabo una primera validación a escala de laboratorio del producto, tras la cual se ha procedido a la producción a escala semiindustrial en el campus de la UJI. En marzo, durante la última edición del congreso Qualicer se dieron a conocer los primeros detalles.
Precedente
El proyecto ya cuenta con un precedente. Es el sistema Life Cersuds, en Benicàssim. El origen fue el reaprovechamiento de piezas cerámicas de bajo valor comercial. Entre sus puntos a favor estaba la capacidad de adaptarse a las necesidades del cambio climático, mediante una innovación de bajo impacto medioambiental, y que es un ejemplo de economía circular.
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