El comercio pide a Marco bonos y aparcamientos disuasorios para activarse

Espai Comercial se reúne este lunes con la alcaldesa tras el caso de las cámaras. Ofertar descuentos en los estacionamientos es otra solicitud para intentar atraer clientes.

Un comercio del centro de Castelló (archivo)

Un comercio del centro de Castelló (archivo)

Los representantes del comercio del centro de Castelló llegarán este lunes a la reunión prevista con la alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco, con varias peticiones en la cartera para intentar revitalizar este sector que en la actualidad atraviesa una crisis acrecentada por la pandemia del coronavirus. Una reunión que llega tras la polémica de las cámaras en el centro.

La presidenta de Castelló Espai Comercial, Charo Brocal, destacó que durante el encuentro le recordarán la necesidad de poner en marcha en el menor tiempo posible el bono --cuyo 50% lo sufragará el consistorio-- para facilitar las compras en sus establecimientos. 

Otro de los puntos importantes para los comerciantes son los aparcamientos. La reivindicación llega en dos sentidos: por una parte, la solicitud de que se pueda arbitrar algún tipo de acuerdo con los párkings del centro para establecer descuentos que atraigan a los posibles compradores y, por otra parte, la habilitación de aparcamientos gratuitos en solares sin uso que estén en las inmediaciones del centro. En la actualidad, solamente existe un espacio de grandes dimensiones que da este servicio, en el antiguo recinto del mercado del lunes, en la avenida del Mar.

Cierres de comercios

La necesidad de que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto para ayudar a este sector es prioritaria, ya que el cierre de locales se ha convertido en una constante en los viales del centro. La propia Brocal comentaba a este diario que en la calle Colón cerrarán en breve tres comercios --dos de ellos por jubilación y sin esperanzas de que puedan seguir-- y en la calle San Vicente, la clausura de numerosos establecimientos es ya una realidad irrefutable. También en la calle Alloza han cerrado sus puertas algunos negocios en los últimos meses.

Por el momento, y tras la reivindicación vecinal y de los comerciantes, el consistorio ha optado por apagar las cámaras que limitaban el acceso al centro a los vehículos autorizados y multaban con 200 euros a los que no tenían permiso. Los comerciantes confían en que esta decisión sirva también para atraer a los compradores (especialmente de los pueblos) a Castelló y, de esta forma, ver si pueden incrementar las ventas y dejar atrás la crisis.