La Fiscalía solicita ocho años de prisión y 32.890 euros como indemnización a un hombre por intentar matar a un compañero de los Testigos de Jehová tras un servicio religioso en l’Alcora.

El juicio se celebrará el próximo 10 de marzo a las 10.00 en la sección primera de la Audiencia Provincial de Castellón.

Según reza el escrito del ministerio fiscal, los hechos ocurrieron sobre las 19.45 del 26 de noviembre de 2017. Al salir del centro, los dos afectados fueron a casa de uno de ellos para cambiarse de ropa. Una vez allí, comenzaron a discutir y el presunto agresor sacó un cuchillo de sus ropas que intentó clavar en el pecho de la víctima al grito de: «¡Ahora me siento como Caín!».

La víctima consiguió parar el ataque y apaciguar durante un momento al otro, diciéndole «sabes lo que estás haciendo». El procesado contestó: «shhh, tranquilo, calla» y sacó una cuerda de su bolsillo con la que volvió a intentar matar a su compañero.

Tras un nuevo forcejeo, entraron en la cocina del piso. En ese momento, el presunto agresor golpeó con una olla y después con una botella en el cuello de la víctima, además de intentar estrangularle apretando el nudo de la corbata que vestía.

La víctima consiguió darle dos puñetazos y zafarse. Tras ello saltó a la terraza de un vecino y pidió auxilio al grito de «policía, policía, que me matan» y «abridme que me matan». Consiguió ayuda y finalizó la pelea.

Secuelas

Como consecuencia del impetuoso ataque, la víctima sufrió numerosas heridas en varias partes del cuerpo: cabeza, cara, codo, cuello y dedos de ambas manos. Necesitó cirugía para sanar y rehabilitación para recuperar capacidad física. Según el relato del fiscal, le quedaron varias cicatrices visibles en las manos.

Tardó en curar completamente 288 días, todos ellos impeditivos para su empleo porque es hostelero. Durante ese tiempo y, a causa del estrés postraumático que le generó la agresión, tuvo que tomar ansiolíticos para sanar.

La Fiscalía imputa al agresor un delito de homicidio en grado de tentativa por el que pide la pena de ocho años de cárcel y una orden de alejamiento de 500 metros durante de diez años.

Además, en caso de que la sentencia sea condenatoria, solicitan diez años de libertad vigilada. En cuanto a las indemnizaciones, el ministerio fiscal requiere 220 euros por desperfectos en la cocina (el piso en el que ocurrieron los hechos era de la víctima), 17.370€ por el tiempo que tardó en curar, 13.300 € por las secuelas y 2.000 por daños morales.